Se prohíbe la acumulación privada de oro en Estados Unidos.

A cambio recibirían 20,67 dólares por cada onza entregada. Los infractores sufrirían multas de hasta 10.000 dólares, diez años de prisión, o ambas.

Para 1934, Estados Unidos (que aún utilizaba el patrón oro) elevó el valor de intercambio del dólar por oro en 35 dólares por onza. Es decir, una diferencia de casi 15 dólares en el precio que había pagado por él.

Este precio continuó vigente hasta 1971, cuando Richard Nixon declaró el fin de la convertibilidad, abandonando así definitivamente el patrón oro para las transacciones en el extranjero.

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